Mueble de Melamina

Había una vez un chinchano aventurero que se aburrió de estar en una ciudad tan chiquita y se dijo, “me voy pa la lema”, y se fue, así sin mas ni mas, bueno, antes de eso se casó, porque dijo, “a lema no voy soltero” (mas hue…)
En paralelo unos norteños que habían llegado a Lima estaban pensando como ganarse la vida y se dieron cuenta que eran buenos con las manos ( y no como mi pata el pajero maldito, sino haciendo manualidades) y decidieron que quien sabe si podrían hacer muebles con madera. Todos intentaron pero les salio hasta las huevas, excepto por el norteño mas hacendoso, a ese si le salieron bien los muebles y pensó quien sabe si podría ser un buen carpintero, y así fue
Llegando a Lima, el chinchano aventurero se dio cuenta que de algo tenia que trabajar, pero como en su casa nadie había ido a la universidad y el era súper contreras, dijo, “yo también quiero ir” y fue a estudiar no se que cosa que no viene al caso. Y ya estaba casado. A la par que estudiaba y tenía mas hijos (tuvo 3) se consiguió unos trabajos bien bacanes donde le pagaban un huevo de plata y así pudo tener 3 hijos, su carro (que no era Volvo, sino un poderoso Ford) y su casita. Y sus hijos todos querían estudiar algo, excepto la mayor que era algo floja, pero tiraba su ingles
El norteño hacendoso en cambio tuvo la mala suerte que ninguno de sus 4 hijos quiso seguir sus pasos, todos quisieron estudiar, nadie quiso meterle mano a las herramientas del padre y pues ahí quedo la cosa de la carpintería
El tercer hijo del chinchano aventurero andaría por sus 12 primaveras y tuvo la extraña suerte (mala o buena…aun lo estamos queriendo averiguar) de conocer a la tercera hija (¿coincidencia?) del norteño hacendoso, dicen que le gustó porque tenia un carácter fuerte y ojos bonitos
En esas correrías de la vida, viendo que una educación era primordial el chinchano aventurero pensó que seria bueno meter a su hijo interno, porque así pues estudiaría todo el día y no andaría vagando horas de horas (interno también se vaga) y pues un día durmiendo lo agarro a su hijo, lo metió al carro y a medio camino, despierta el hijo y le dice “¿adonde voy?” “Tu sigue durmiendo nomás” le dijo su secuestrador padre y despertó en una nueva cama, rodeado de otros 30 mamertos que les había pasado lo mismo, la libertad era ahora una palabra tan lejana (así no paso, todo fue mas pacifico, pero me gusta imaginar que si)
Entre tanto la tercera hija del norteño hacendoso paso muchas penurias, su pobre padre se murió sin conocer a Pelé, y antes habia fallecido su mama y entonces tomo un camino duro y se puso a terminar de estudiar con ahínco, porque sus hermanos mayores la mantenían, pero con las justas. Así que a estudiar se dijo y se puso a estudiar, primer puesto en todo, menos en dibujo y pintura, ahí si hasta el queso
El tercer hijo del chinchano aventurero que no podía ver a su ilusión, se escapaba de vez en cuando a verla, pero la distancia no perdona y no hay sencillo para todo, así que a veces, caballero nomás, tenia que esperar los fines de semana para poder verla. El si estudio un poco menos, tampoco era un vago, pero ahí iba
Se termino el colegio y por fin la tercera hija del norteño hacendoso se pudo ver con el tercer hijo del chinchano aventurero, encima eran de Jesus Maria, o sea del barrio pes. Ahora si se enamoraron, se quisieron mucho y como en esta vida hay harto loco y nadie sabe lo de nadie, se casaron cuando tenían 19 años, estaban en la Universidad, en pleno apogeo comunista, y pues nadie sabe el futuro pero ellos apostaron a ganador, total, que podemos perder.
El chinchano aventurero estaba asado porque pues, a el nadie le consultaba nada, pero acepto, caballero nomás, quien me manda a tener hijos. De esa unión de terceros hijos, no podía ser para menos, nacieron otros tres hijos, una bella dama, que ahora es un angel, un muchacho que casi no tiene barba y un burro, pero buena gente.
Y nada, son cosas que se me ocurren cuando me pongo a construir muebles de melamina (los que yo diseño y construyo, no los que se compran desarmados en ACE HOME CENTER porsiacaso) o a tallar cosas en madera y la gente que me ve me dice “¿donde has estudiado?, porque ¡eres hábil haciendo esas cositas!”

Me gusta pensar que si hubiera vivido un poco más, tal vez el norteño hacendoso me hubiese enseñado carpintería.
El chinchano aventurero si me enseño a ser aventurero y a tomar vino

(Esta historia continúa)