Pésame

Yo creo que este es uno de esos breves instantes en que se está en paz y se debe escribir. Mas tarde iré a revolcarme mientras lucho cuerpo a cuerpo con tipos que son mis amigos y entre las fricciones naturales de la lucha desaparecerán nuestro stress y nuestra angustia. A mi mama no le gustaba el box, decía que eso me iba a poner más renegón y violento pero yo le decía que no, que eso no iba a pasar y ella se empecinaba en decirme que no, que eso me iba a poner más renegón, y violento claro. Yo siempre le decía, que no, y estábamos siempre en esa eterna lucha, porque mi mama también era renegona y violenta y yo era como que su retrato. Tomábamos lonche mientras hablábamos de series que a mi mama le encantaban y otras que no terminaba de entender, pero que veía porque le gustaba poder estar echada todo el día viendo tele. Aunque a veces se aburría. No sabré nunca que cosa le gustaba hacer a plenitud a mi mama, salvo comer hielo con sabores, como la raspadilla y terminar de leer todos los libros de Coelho. Una vez le escribí a Coelho y el, con todo lo que dicen que es, le respondió a mi mama enviándole una tarjeta autografiada y luego por navidad le envió otra tarjeta y también le enviaba cuentos a través de una lista de correos. Un buen tipo Coelho, venir a preocuparse por alguien que ni conoce y que lo único que le pidió es un autógrafo y miren que todo lo que dicen de Coelho puede ser cierto pero ya que importa.

Y si hoy día no me pongo triste mami, es porque tantas cosas leímos de Coelho juntos, que pucha, no me da la alegría de haberte conocido, sentido, palpado y visto como para sentirme mal. Y creo que a ti tampoco, así que finalmente ya creo que puedo continuar, ni renegón, ni violento.